El francés recuperó su mejor imagen frente al Manchester City en la posición de pivote

Tchouameni da su mejor versión

El centrocampista dio una masterclass tanto defensiva como ofensiva. Aurelien se gustó, y eso se notó en el juego de un Real Madrid que volvió a demostrar su hambre europeo. Mbappé, como es lógico, es el protagonista de todas las portadas de la prensa, pero el gran partido del conjunto blanco también ha dejado actores secundarios que serán muy necesarios en la recta final de la temporada.

Carlo ha encontrado a sus 11. Asencio ha llegado para quedarse, y con Rüdiger recién recuperado de su lesión, parece que Tchouameni va a volver definitivamente a su posición natural. Todo apunta a que el francés acompañará al siempre fiable Bellingham y a un renacido Ceballos. La sala de máquinas blanca es tan nueva como «currante», y prueba de ello es el partido de ayer.

Mucha presencia

Para ser centrocampista defensivo en el Real Madrid tienes que tener presencia. Era lo que tenía Casemiro, la pieza que dio ese equilibrio tan imprescindible para ganar 3 Champions consecutivas con Zidane. Desde aquel entonces, no se ha visto nada parecido hasta el día de ayer. El francés no sólo estuvo fino en defensa, sino que en ataque y en las salidas de balón también estuvo impecable.

Fue decisivo en el segundo tanto. Movió el balón en su propia área y escogió el momento perfecto para hacer el cambio de orientación a Rodrygo para desatar el vendaval que terminaría en el tanto de Mbappé. A Tchouameni se le vio muy tranquilo durante los 90 minutos y le comió la tostada a su homónimo, Nico González.

Imagen principal: Photo by Jose Breton/Pics Action/NurPhoto via Getty Images

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